martes, 16 de mayo de 2023

He Venido a devaluar la moneda

Invitación al cinismo clásico: una evocación de la vida y obra de Diógenes de Sinope.

Autor: Andrés Mata Osorio (-El Universal, 28-07-1996. Año XLLLVII- No. 31.268.
(transcrito e ilustrado a partir del original, por Rommel Contreras). 


 

sábado, 1 de abril de 2023

La nación imperial caribe.

por: Rommel J. Contreras G. / rommeljose@gmail.com / Cumaná - abril de 2023. 
[Serie: 𝓔𝓵 𝓣𝓻𝓪𝓼𝓹𝓪í𝓼 𝓭𝓮 𝓞𝓻𝓲𝓮𝓷𝓽𝓮; 𝓕𝓪𝓬𝓱𝓪𝓭𝓪 𝓐𝓽𝓵𝓪𝓷𝓽𝓲𝓬𝓪 𝓭𝓮 𝓥𝓮𝓷𝓮𝔃𝓾𝓮𝓵𝓪]. 
DOI: 10.6084/m9.figshare.22491805

“Mirar de través a un Caribe es pegarle y pegarle es matarlo o exponerse a que nos mate. No hacen más que lo que quieren, cuando ellos quieren y como lo quieren.”

martes, 21 de marzo de 2023

La Incomprensión de lo Incomprensible

Independiente de la formación que una persona logra alcanzar, a lo largo del trajín de la vida, el humano tiene procesos cognitivos que le rigen. Entre ellos los principios reguladores de la comunicación textual: eficaciaefectividad y adecuación. Que pueden ser logrados si se cumple con las normas básicas referidas al texto -que se pueden conseguir en cualquier texto de Introducción a la Lingüística-:

    • Cohesión,
    • coherencia,
    • intencionalidad,
    • aceptabilidad,
    • informatividad,
    • situacionalidad e
    • intertextualidad.
Más allá de la perfección -que no es una meta disponible y al alcance-, el humano por lo menos debe de intentar su búsqueda. Lo primero que requiere un texto es su cohesión, de ella depende lo demás.

Lo referible al texto y a sus normas, no impiden el accionar humano. El humano es humano per se. Y toda su obra debe de tener intencionalidad. Dice Diógenes de Sinope: "Todas las cosas pertenecen al bien". Y Aristóteles en su República: "El bien es el fin común del hombre". Entonces, me pregunto, ¿por qué pudiendo, no se ayuda al prójimo?; y en caso de no poder ayudar, ¿por qué no se dice la verdad?

Como ejemplo, lean este laberinto:

Hace uno días un ciudadano, maestro jubilado, natural de Cumaná -sector Río Viejo- escribió en un medio divulgativo una solicitud con carácter de súplica a otro ciudadano (arquitecto, natural de Caripe El Guácharo; aspirante a el Cargo de Cronista de la Ciudad de Cumaná). Le decía, en resumen, que en caso de llegar a Cronista de Cumaná, rescatase el archivo del diario "El Renacimiento"; lo que sería provechoso para descubrir una generación de cumaneses y sobre todo para que él pudiera buscar la memoria de su padre (Paco Damas Blanco). 

Dice el maestro Eligio Damas:

"La respuesta que recibí, todavía no logro entenderla, pese la he leído varias veces."

Estando yo de visita en la ciudad de Bogotá, leí sorprendido la cadena: solicitud-respuesta, y me vi conminado a intervenir para ayudar al solicitante. Y ahora, ya en nuestra querida Cumaná, creo que es conveniente estudiar el caso, solventar las heridas y apartarse de lo soberbio y maligno. 

Dejaré constancia acá en este LABERINTO, de la cronología de los hechos. La falta de COHERENCIA del fulano arquitecto -enfermedad humana a la que temo-; ella es la gran culpable -pero no la única- de que no se entienda o se comprenda lo que él escribe. Pero como me formé como científico, queda abierta la suposición de que uno se encuentre en un nivel del intelecto, que no le permita comprender la sapiencia de algunos "intelectuales"; a menos que al autor de dichas explicaciones -Servando Marin Lista- se le declare una tara o alguna otra patología siquiátrica, entonces lo entenderemos en justicia.

Día domingo, 13/11/2022 03:15 PM. El maestro Eligio escribe al arquitecto Servando Marín Lista;

Correo a Servando Marín Lista, un cronista para la Cumaná de mis bellos sueños y amores

Dirección de lectura alternativa (en caso de no poder leer desde Aporrea) 


Día lunes, 14/11/2022 12:50 PM. El arquitecto le responde con este adefesio;

Maestro Eligio Damas: No sería honesto resistirse..!

 Dirección de lectura alternativa (en caso de no poder leer desde Aporrea) 

Día miércoles, 1 mar, 13:43 (encontrándome en Bogotá), envié un correo al maestro Eligio Damas.

Correo de Rommel Contreras a Eligio Damas

Lunes, 20/03/2023 03:01 PM. Publicación del maestro Eligio Damas en Aporrea.

La crónica, los cronistas de Cumaná y dos sonetos de Paco Damas Blanco, mi padre

 Dirección de lectura alternativa (en caso de no poder leer desde Aporrea) 


Moraleja: Cuando se busca desesperadamente un cargo o nominación, algunos olvidan para que quieren esa responsabilidad y cuál será la ocupación y quehacer; que se espera de ellos. Otros se vanaglorian, antes de recibir una bondad o reconocimiento, y corrompen su espíritu temprano antes de que el ocaso llegue. El ser humano es una caja de sorpresa, me pregunto: ¿dónde venden los espejos? que nos permita mirarnos para enmendar lo que no queremos ser, y sin embargo el Creador nos permite ser. 



domingo, 19 de marzo de 2023

El Bicho

"... por extraño y brutal que parezca, enema o tapones rectales, o limones ardientes completos o en trozos introducidos en el ano, era la única cura conocida para aquella extraña y mortal enfermedad."

miércoles, 15 de marzo de 2023

domingo, 12 de marzo de 2023

Un país que no prescribe

Si trescientos años bastaron para reclamar independencia y separarnos de ese cuerpo político, monárquico, y distante llamado España; doscientos parecen suficiente para reclamar e imputar a una hermana con la cual decidimos marchar al compás. Fuimos vecinos de Venezuela, hasta 1777 cuando el gobierno español decidió integrar la antigua provincia de Nueva Andalucía (también Cumaná), con la provincia de Venezuela (también Caracas) en un cuerpo político conocido como Capitanía General de Venezuela, cuya capital “equidistaba” geográficamente con los límites de las antiguas provincias que fueron integradas.

Cumaná (Nueva Andalucía), país al oriente de la antigua provincia de Venezuela. 

Esa unidad política, integraba superficialmente un territorio de profundas diferencias, no solo en lo meramente geográfico o histórico, ni por la expresión cultural de sus habitantes, ni siquiera en la cotidianidad de sus quehaceres, por sobre todas esas diferencias y otras, se erige nuestro perfil humano que nos hace contrapuestos. Tanto, que las sucesivas divisiones políticas post independentistas, no han logrado desdibujar el país que fuimos, y la nación que somos.

No muy profundo en nuestra conciencia, casi a flor de piel, tras de nuestra afable sonrisa y detrás de nuestros ojos achicatados por los rayos del sol, a pesar del aporte genético de otras naciones que nos trastocaron hasta el color de la piel, tras de ese hombre desparramado en gracias, de calurosos sentimientos y solidaria amistad, detrás de ese hombre silvestre; detrás de todo eso y más, la esencia arawaca y caribana impera.

Ese inédito espíritu guerrero y silvestre, fue coraza y espada, en todas las luchas de nuestra común historia. Fuimos solidarios y rebeldes manifiestos cuando el 19 de Abril de 1811 gritamos libertad, guerreros orientales ayudaron a liberar a Venezuela antes de expulsar de su nativa tierras al Ejército Español. Fueron copartícipes de la libertad de los pueblos del sur coronada en Ayacucho, tras una garua de sangre que irrigó muchos campos de batalla. Jamás irrumpimos con ejércitos u otras fuerzas organizadas, para allanar y sembrar de calamidades a otros pueblos. Cuando nuestros hombres y ejércitos dejaron nuestras fronteras, más allá del río Unare, siempre fue para socorrer, liberar y fortalecer las ciudades de la otrora Gran Colombia. A sus generales subordinamos nuestros ejércitos, y a sus políticos nuestro destino; y quizás también nuestras esperanzas. Cuando la barbarie de los amarillos y de los azules, a cántaro saturó con sangre los campos de oriente y de occidente, nunca se dijo con pánico en las calles de la capital de la República, ¡vienen los orientales! Todo lo contrario, fueron estas tierras y estos brazos orientales quienes cobijaron en las más difíciles circunstancias a los hermanos del centro y de occidente cada vez que lo solicitaron; la migración a oriente marcó esta región como lugar de amparo. La Tierra de Gracias de Colón, era real y más parecida al paraíso de lo que él supuso, lástima que ese afecto y benevolencia se haya interpretado erróneamente.

Venezuela nos ha dado la espalda y omite nuestra realidad. Orbitamos un poder central, que utiliza nuestros recursos naturales y humanos para el marcado desarrollo de un país y un entorno que péndula entre el centro y occidente. Nuestros pueblos se convierten en “cascarones” luego de la zafra producto de los caprichos de Caracas, lo que implica un desarrollo degenerado en mera subsistencia.

Podemos señalar como ejemplo, que algo más allá del río Unare, la vía nacional se ensancha hasta convertirse en una vía moderna que va hasta las fronteras más alejadas al occidente, vía que en casi todo el recorrido es “autopista”. Poco podemos decir del camino que nos lleva a Güiria, si lo emprendes desde Barcelona, desde Maturín, o desde donde lo emprendamos. Vivimos en un territorio, colmado de trochas en su mayoría trazadas en las montañas “a capricho de mula”, sobre senderos prehispánicos, ensanchados más por el uso que por la técnica.

Esta y otras realidades, como el grado de desarrollo de los pueblos y ciudades orientales no son casual, más bien parece la consecuencia de una política metódica y sistemática, que por más de un siglo ha regido nuestros destinos. Y que a lo lejos (pero no tanto) parece indicar que el imperio aún está presente, solo ha cambiado el lugar desde donde se dirige y gravitan nuestros acontecimientos. No es difícil concluir que esa abusiva e indolente situación, colmará la paciencia y revivirá más temprano que tarda nuestro inédito perfil Aarawaca y Caribano.


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